Flanagan volaba por encima del océano. Batía sus alas, y el suave viento le hacia cosquillitas. Tenerife, Las Canarias, nunca había estado allí, pero siempre había soñado con ir. Aunque siempre había pensado que tendría que coger un avión para llegar, eso de ir por “sus medios”, era algo sorprendente. Quien podría imaginar que acabaría.. siendo una abeja. Quizá, tendría que preocuparse, pero .. realmente estaba disfrutando de su nueva condición.
Las olas, el mar azul…, y de repente una isla en medio del mar…. empezó a planear para acercarse y ver que había en esa isla. Le llamaba la atención un montón de puntitos negros cerca de la playa.
Conforme fue bajando, los puntitos se fueron haciendo más y más grandes.
Aterrizó en la playa, en medio de las focas. En su interior.. un impulso incontrolable, que no sabría como explicarlo, como racionalizarlo. Se fué directo hacia la primera foca, y le hincó el aguijón.. ¡¡zas!!. La foca, debido a su gruesa capa de grasa, ni se inmutó. Pero .. el poison (veneno en inglés y francés), empezó a invadir todo su sistema linfático, empezó a recorrer todas las partes de su cuerpo de foca, y el ADN le fue mutando.
Con admiración Flanagan fué viendo como a la foca le salieron unas alas.., como se iba haciendo mas ligera su silueta. Las rayas horizontales amarillas y negras, empezaron a aparecer, y .. una hermosa abeja, con ojos azules, cabellos dorados, parapeaba mirándolo.
Wow.. ni en sus mejores sueños podría haberse imaginado que como abejarruco, podía haber visto una abejita tan mona, salida de una foca. ¿Será que dentro de cada foca, hay una hermosa abejita?
A Flanagan, le daba igual. Le guiñó el ojo a la abejita:
– Nena, ¿te vienes a Tenerife?
– ¿Tenerife?
– Anda churri, que … nos lo vamos a pasar bien.
– ¿Pasar bien?
– Tú, sígueme.
Suavemente, le cogió de la patita, y le sonrío, estilo Humprey Bogart.
– Creo, que esto es el principio, de una bonita historia de amor.
Al atardecer, cuando el sol se va perdiendo en el horizonte, Flanagan y su compañero, levantaron vuelo, uno junto al otro, y pusieron rumbo hacia Tenerife. El Apicarum RX había cumplido su objetivo.. se podría repoblar la tierra de abejitas. Quien lo iba a decir… Flanagan, el padre de todas las abejas.
FIN
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado, quien no levante el culo, se le quedarán pegado.
Si queréis volver al principio de la historia, clickar aquí.
Mira que con el título pensaba yo que iría de suegras el asunto 😀
Jajajaja.. se nota que tienes a tu suegra muy muy presente.. y si, una santa.. ¿verdad? besos 😀
Bueno, ya imaginándome a la foca convirtiendose en abeja…lágrimas como puños estoy echando de risa.
¡Dios que mañana más buena!
Sigo…
Besazo
Me alegra muchisimo que te estes riendo, ese es el fin, divertirse. Además, ya has comprobado que también ha sido divertido el hacerlo, y verlo .. muy gratificante. Besos.. muacks.
Eso de que dentro de cada foca hay una hermosa abejita….buen final y esperanzador futuro para Flanagan
Gracias!!! Si hay que imaginar.. que sea bueno. Besos 🙂
Flanagan es una especie de rey Midas, todo lo que pica lo convierte en abejita, eso si que esta bien chido jajajajajajaja, me habría gustado que se picara a una leona marina o tal vez a una elefanta, para ver los efectos de tal piquete, jajajajajaja es que no paro de reír
besos y cuidado con el piquete de Flani querida
ya sabes que picar, picar.. solo podía picar el lider, jejeje. Besos 🙂
Lo raro es que Flanagan con ese pensamiento no se haya puesto como loco a picar a todas las focas, 🙂
Qué tierno final!!!, ya les veo cada día mirando las puestas de sol agarridito de las patitas…
Besos.