– Cariño, despiértate. Venga.. Rober.
Ella le había preparado un café. Le daba mucha pena despertarlo, pero tenía que hacerlo. Hoy tenían reunión con la «cúpula», y debían de estar presentables, frescos, y no ir con prisas. Llegar antes a la editorial, planear su estrategia, y que todo fuera rodado. Y para eso, después de una noche de lujuria y pasión, no podían dar paso a estar en blanco. Debían de ponerse las pilas ya.
– ¡Judit, que todavía quedan tres horas!
– Ya, cariño, ya.
– La reunión es a las 10, y son las ¡¡¡¡seis!!!
– Mientras nos duchamos, nos arreglamos, desayunamos, y vamos tranquilamente a la editorial.. estamos a las ocho. Tiempo suficiente para estudiar nuestras propuestas. Tenemos que ir con todo preparado, la idea es buena, y .. creo que debemos de trabajarla. No me gusta ir con el tiempo justo.
– Desconocía que tuvieras … manías.
El rostro de ella se entristeció. Si.. manías, algo que trabajaba a diario, para no caer en la obsesión. No cometería el error de decírselo a Rober, por lo menos, todavía no. En ese momento sintío un calor que la recorrió de los pies a la cabeza, erizandole el vello.. inspirar, contar diez, y estar pendiente de la respiración. Ahora se centraría en la reunión.
– Nena… ¡qué es broma! Eres perfecta para alguien como yo.. un bohemio.
Se incorporó en la cama y la beso despacio.
– Dame ese café… ¿me lo has hecho para mí? Eres sorprendente nena… sorprendente. – Y volvió a besarla, con mas intensidad.
Empezaron a besarse, y él, con suavidad, fué venciendo la resistencia de ella, y la abrazó, haciendo que volviera a la cama. La atrapó debajo de su cuerpo, y con suavidad, miraba directamente a sus ojos.
– Te quiero.
Fué la afirmación en forma de susurro, antes de buscar sus labios, y acariciar su cuello, su hombro, su mano. Antes de dibujar con sus manos el contorno de su piel. Antes de que sus alientos fuesen uno. Y ella, relajó sus músculos, y .. pensó que nada había mejor que estar entre sus brazos, y que necesitaba esa energía de sentirse amada. No recordaba haber experimentado nada igual antes.. nada como que te digan te quiero, y sepas, mirando a los ojos, que es mucho más que querer: es amar, es desear, es necesitar, es ser.
Y sus cuerpos no pudieron negarse a esa sensualidad que brotaba de ellos en el momento en el que estaban juntos, y las energías luchaban por fusionarse.
– Rober…
– Judit…
Necesitaban decir el nombre del otro cuando llegaban a ese momento en donde todo es perfecto, y se está con quien se debe, en el momento adecuado.
Sus cuerpos relajados, abrazados. Él, recorría la espalda de ella con sus dedos.
– Nena, todo irá bien.
– Si cariño… y tengo el convencimiento, de que, vaya como vaya, estará bien.
– Cinco minutos, y vamos a la ducha.. solo ducha.. jejejeje.
Si, se levantarían, se ducharían, y por primera vez, irían juntos al trabajo, y .. más acompasados que nunca, lograrían lo que se propusieran.
El amor, les hace sentirse invencibles.
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ES CIERTA ESA NECESIDAD DE DECIR EL NOMBRE DEL OTRO.
UN SALUDO.
Si… la necesidad de tener el nombre de la persona amada en los labios. 🙂 Besos